Despiértame al amanecer, en cualquier amanecer, en medio de los amaneceres de estos días... Despiértame porque me deseas, porque te es inevitable subir a buscarme a ese desván... Despiértame, sabedora de mi deseo, ese que me hace esperarte desnudo sobre las sábanas, perdido entre ellas... Hazlo, ven, porque mis ojos desean que tu piel me invada, que seas lo primero que vea... Desean enfocar sobre tu piel bonita, tu sensualidad, tus formas, mientras ya tu aroma me invade... Hazlo, ven, deseo sentir el calor de tu piel, las caricias que hoy deseas inventar en mi, conmigo... Hazlo, sube, no lo dudes, mi piel te estará deseando cada minuto de la noche, esperando que llegues, que me hagas el amor, que me dances la piel... Que brotes líquida sobre mi, entre mis yemas, entre mis labios... Ven, calma mi deseo y mi sed de ti... Déjame beberte como la otra tarde, sin contener, sin detener, con tu deseo desbordando mis labios, inundando mi boca de tu salado sabor... Con tus yemas en mi pelo, tus muslos en mi cuello, tus pies en mi espalda... Toda tú invadida de mi, y tu ano invadida de ellos, del que tú desees de ellos...
Ven... Te estaré esperando... Te estaré deseando...
Ven... Vestida de mi para vestirme la piel, de ti...