Tus lugares secretos...

Tú... Estás llena de ellos... Rincones cálidos y suaves en los que esconderse, refugiarse, perderse... En los que dejarse abrigar, en los que detenerse a sentir, a sentir su calor, su cálida caricia, su abrigo... Tú eres mi lugar secreto, el más hermoso de los jardines, el lugar más acogedor en el que se puede estar... Detenerse en ti es sentir la calma, la caricia, la comprensión, el mimo, la complicidad... Intimidad... Y en medio de esa intimidad también habita ese otro secreto, el de tu piel envuelta en esa lencería, el de tu deseo, el de toda tu sensualidad, tu sexualidad desatada y desenfrenada, entregada sin límites en mi... Entregada a sentir, a hacer sentir, a provocar, a transmitir, a inventar, invadir, y explorar, a dejarse explorar... 

Y yo... Solo puedo rendirme a ti, a todos tus lugares... Solo deseo entregarme a sentir en ti, de todas las maneras que imagines, que imaginemos... Y en medio de esos lugares solo puedo pensar y sentir, cuan afortunado fui de encontrarte, de tenerte, de saberte, de habitar en tu piel fundido... Y entonces, solo puedo sonreír... 

Anoche...

Anoche... Mi ducha fue testigo...
Anoche... Después de contenerme todo el día...
Anoche... Mi mano, que es tu mano, me recorrió...
Anoche... Resbalaste por mi sexo una y otra vez...
Hasta que derramé mi placer...
Entre paredes y cristales...

Anoche... Tu mano me poseyó...

Anoche... Como tantas noches... 

Te espero...

Te espero desnudo, al amanecer... Con el café entre las yemas caliente, con ese aroma inundándolo todo, con el deseo de que sea tu aroma el que me inunde de ti... Te espero, mientras observo amanecer, mientras los rayos del sol invaden esa verde pradera de color, de calor, de naranja y de fuego... Como de color, calor y fuego me invade tu piel... Si no llegas, te seguiré esperando, en ese lugar, al borde de las sábanas... Con el paso de las horas, el sol me alcanzará, ascenderá por mi piel, dibujará sombras a la vez que travieso se esconde entre las nubes, hasta rozar las cumbres en el horizonte para dibujar el cielo de colores antes de dar paso a la noche... Y yo, con el deseo a flor de piel, encendido por ti, para ti, te esperaré... Hasta que llegues... Porque mi piel, te desea, te desea en ese lugar que conoces, en ese en el que me sabes, en el que puedes cerrar los ojos y verme, aunque yo deseo que para verme, tengas que abrirlos... 

Te deseo, al borde de esas sábanas, sobre ellas mientras transcurre el amanecer, el atardecer, cada instante del día y de la noche... Te deseo, sobre esos azulejos desnuda, enredada en mi desnuda piel... Sobre una manta que todo lo cubra mientras mi piel te cubre de mi... Te deseo, invadida de caricias, de suspiros, de gemidos, de placer... Invadida de mis besos y mi sed, del deseo que contengo... Te deseo entregada a esa melodía de caricias que te hace bailar, danzar lenta, danzar salvaje, danzar hasta que ya no puedas más... Y mientras me leas, solo deseo que me sientas recorrerte la piel, desnudarla, besarla, lamerla, chuparla, beberla, succionar de tus más delicados e íntimos rincones... Te deseo fluyendo líquida de ganas, de hambre, de sed, de placer... Desbordando y derramando en mi, toda tu hermosa sensualidad... Te deseo mía en ese instante... Envidiados por todos a los que la brisa les haga llegar el canto de nuestros suspiros... Te deseo, sin límite, sin medida... 

Suspírame...

Suspiro...

Te suspiro... 

Te pido... 

Te suplico... 

Te siento... 

Me hago líquida... 

Te broto... 

Te contengo... 

Te presiono... 

Te resbalo... 

Te danzo...decorada, penetrada, alterada con él en mi... 

GdM.

Renuévame de ti...

Hace tiempo que te tengo, que te guardo, que llegaste a mi cargada de aroma, de deseo... Hace tiempo que entre mis yemas te enredas, que mi piel recorres, mi deseo alimentas... Hace tiempo que me acompañas siempre, allá donde voy tú vienes en mi... Hace tiempo que duermes conmigo, en cada una de esas habitaciones, sobre sus sábanas, en mi piel... 

Hace tiempo que deseo renovarla de ti... De tu piel, de tus poros, de tu aroma... Del deseo que yo te deseo provocar... De cada gota que mis labios no sean capaces de probar... Hace tiempo que deseo que mis yemas se enreden en esa humedad... Hace tiempo que hasta ti deseo volar... 

Me invades...

Me invades de ti, de tu piel, de tu voz, de tu aroma... 

Me invades la piel de deseo, de ganas, de hambre... De sed... De esa sed que no cesa, que aumenta, que de ti se alimenta... 

Me invades de besos, de tus besos, de tus labios carnosos recorriendo mi piel, descubriendo mi piel, explorando cada poro de mi... 

Me invades la piel de caricias, las de tus yemas, las que me recorren, las que me desnudan, las que me abrigan, las que me provocan la piel... 

Me invades la piel de ti... De tu sensualidad, de tu belleza, de la voluptuosidad que escondes bajo la ropa, entre los encajes de tu lencería, esa lencería... 

Me invades la piel con tu deseo... Con cada gota de él, con cada latido, cada suspiros, cada gemido que resuena en mi como la más dulce de las melodías... 

Me invades... Y yo, solo deseo dejarme invadir de ti... 

Pronúnciame...

Deseo tu voz, deseo escucharla, deseo sentirla, deseo hacerla entrecortar, estremecer... Deseo hacerte saber que me encanta, que me suenas a melodía, a beso, a caricia, a calor y abrigo... La deseo mezclada con la mía, fundida como me deseo fundir en ti... 

Pronúnciame... Pronuncia mi nombre, háblame, pídeme, haz que a través de ella te sepa y te sienta invadida de mi, incendiada de ganas, de deseo, de placer... Goteando letras de tus labios, de tu piel, que juntas me llaman, me estremecen... 

Pronúnciame... Haz que tu voz me erice, que tu susurro me invada,  que tu aliento me incendie el deseo de ganas, de más ganas... Haz que me envuelva de ti, me arrastre contigo a ese lugar de pieles enredadas, suspiros desatados, gemidos entrecortados... A ese instante de placer que en ti, no tiene límite, no tiene fin... 

Hazlo... Pronúnciame... Pronuncia mi nombre cada vez... Todas la veces...