Es así, como mi piel suspira, como mi piel late, como mi piel desea sentirse cada amanecer... Ese amanecer que sucede tras una noche de sueños; sueños en ti, contigo... Sueños de tu piel desnuda, de mi piel desnuda en ti... Sueños que me alteran, que me inflaman, que me hacen despertar inflamado de ese deseo que arde en mi interior y me permiten percibir tus yemas... Cálidas y suaves que bajo las sábanas me rozan, se cuelan en mi, me rodean, se cierran en torno a mi deseo que se pierde en sentirte... Y tú, lenta, comienzas esa danza, esa que me deja escuchar tu susurro a mi espalda, en mi oído, esa que te pega a mi dejando que mi piel perciba tus formas, tus senos desnudos y generosos, tus erectos pezones en mi espalda... Pero tú, no te detienes, dejas que ese lento roce que me resbala me haga estremecer, porque sabes que mi placer es tuyo, te pertenece... Y sabes cuanto me encanta sentirte así, sentirte en mi, sentir tus yemas y tu voz en mi...
Y yo, no puedo soportarlo más, no puedo contenerlo más... Y entre espasmos que tensan mi cuerpo, derramo esa esencia que es tuya, que tú provocas, que tú haces brotar líquida y cálida de mi... Esa esencia que te pertenece como te pertenece mi piel...
Entonces, en tu abrazo, en tu piel, cierro los ojos y vuelvo a dormir... Hasta el amanecer, ese en el que siempre te espero, ese en el que siempre te deseo, ese en el que tú siempre habitas mi piel...
Pd. Dime... Vendrás de nuevo mañana? Dime que sí, lo deseo... Te deseo... Te deseo siempre...