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lunes, 17 de febrero de 2020

Como cada amanecer... En ti...

Despierto como cada mañana, con la piel encendida de ti... Quizás ha sido el ruido del agua, o el de tus pasos descalzos, o esos suaves besos que dibujas en mi piel mientras duermo...

Mi piel desnuda sale de entre las sábanas. Camina siguiendo el rastro de tu piel y el sonido de esa ducha... La puerta entreabierta me deja verte, bajo el agua, tras ese cristal, con la piel mojada... Tus yemas, extienden con delicadeza esa espuma sobre tu piel, sobre tus senos... En una danza sensual que despierta ese deseo de ti, que habita en mi siempre...

En silencio, erecto, desnudo, camino hasta ese cajón que esconde esa íntima y preciosa lencería que tanto te gusta vestir, que tanto me gusta que vistas... Mis yemas se pierden entre ellas buscando, rozando, dejando que ese aroma que desprenden y conozco, me embriague... Entre ellas, encuentro la prenda que deseo, la que deseo hoy vista tu piel, y con ella entre las yemas, regreso a ti...

Has terminado y te veo frente al espejo, con el pelo húmedo y la piel brillante... No es agua, es esa vaselina con la que te hidratas... Tus ojos se posan en mi a través de ese reflejo. Grandes, brillantes... Deseo que me veas, que me sientas llegar desnudo y excitado de ti, de tu piel... Sobre el pomo de la puerta, dejo colgando tu lencería mientras mi piel se funde a la tuya, a tu espalda... Te abrazo, te rodeo, te beso, te acaricio, te susurro a la vez que te siento pegarte a mi, a la vez que siento ese líquido en mi piel y en mis yemas...

Tu piel se expone a mi, cargada de sensualidad y deseo... Ese deseo que siempre deseo provocar, ese que tanto me atrae, ese que despierta mi sed y mi hambre de ti... Mis labios besan tu cuello camino de tus labios en los que termino por fundirme. Nuestras lenguas se enredan a la vez que te siento suspirar. Lo haces al sentir mis yemas atrapar tus pezones, de ese suave modo que sé que te encanta... Sin dejar de besarte, una de mis manos desciende lentamente por tu vientre hasta tu pubis, dibujado con ese pequeño triángulo... Luego, mis yemas separadas rodean tu sexo y vuelves a suspirar... Una de ellas, traviesa, busca esa humedad que deseo brote de ti... Te siento líquida... Líquida de deseo como erecto has de sentirme en ti... Mis labios se separan de tus labios para susurrarte... "Te deseo... Me das sed y deseo, beber de ti..."

Poco a poco mis labios descienden por tu espalda a la vez que mis manos recorren tu cuerpo, tu piel, tus senos... Entre reflejos observas cada caricia que tu piel siente... Mi lengua, afilada, dibuja el pliegue de tus nalgas, deseando que se abran para mi como una flor... Tú, con las manos apoyadas en esa encimera, te acomodas para mi y mis manos, separan tus nalgas exponiendo tu rosado sexo a mi lengua, a esa sed de ti que no cesa de crecer, esa que solo en ti se puede calmar...

Tu aroma todo lo invade... Y me encanta... Y mi lengua, te roza para probarte. Ese primer contacto te hace suspirar a la vez que tu cuerpo da un pequeño salto. A partir de aquí, mis yemas, mis labios, mi lengua, se pierden en ti de un modo desordenado. Mi nariz de moja de ti que fluyes líquida en mi. Sé que Sona e Ina descansan cerca, pero con ellos jugaré otro día. Hoy, mi sed te desea hacer derramar de ese intenso modo entre mis labios...

Tu sabor se intensifica a la vez que pegas más tus nalgas y tu sexo a mi boca, a mi cara... Sé que no podrás resistir más y sabes que no deseo que resistas más. Mientras observas tu piel entre reflejos tu rostro muestra ese placer que te invade y que a mi, me provoca placer. Te deshaces en mi boca una vez, quizás dos... Y mi inflamado sexo late deseoso de ti... De repente aparto mis labios de ti a la vez que me levanto. Mi glande se posa entre tus labios y siento como tus caderas presionan, como tu sexo engulle mi sexo lentamente, profundamente. Me siento dentro de ti. Te siento llena de mi y por unos instantes, unos placenteros segundos, nos quedamos quietos. Luego mis caderas comienzan a danzar a tu espalda. Mi sexo sale y entra de ti... A veces lento, a veces más intenso, otras corto, otras más profundo... Hasta que mi cuerpo se tensa a tu espalda al borde de ese placer que solo tú, provocas en mi... Mi voz te pide que te derrames conmigo y nuestras pieles se funden en un es placer lento, largo, intenso que termina con tu piel envuelta de mi, abrigada de mi, abrazada por mi piel que te sostiene, que te desea...

Cuando siento tu piel relajar, tu respiración suavizar me aparto un instante para que mis yemas tomen esa lencería, es que ayudo a poner sobre tu piel, esa que me dejará verte bajo la ropa todo el día... Esa que solo verla en ti,hace encender mi deseo de nuevo... Esa con la que irás a trabajar... Esa que me encanta sobre tu piel... Esa que envuelve tu preciosa piel... Esa que quizás más tarde, me encargue de quitar... Esa, que desde el amanecer adorna tu piel...

Esa... Que deseo ahora sientas rozar sobre tu piel y su sola presencia te haga recordar este amanecer... Cada amanecer en mi...

Tuyo siempre...