Hay lugares, pieles, personas destinadas a encontrarse... Destinadas a cruzarse un día... Quizás lo hagan sin darse cuanta... Quizás lo hagan sin ser conscientes de su presencia... Pero yo, te sentí, te vi, percibí tu luz, tu brillo, tu color... En ti, me salvé... Y luego, me perdí... Me perdí en tu piel, me perdí en tus labios, me perdí en el sabor de tus besos, en el tacto suave de tu piel, en el modo en que mis yemas te recorren, en el peso de tu cuerpo cuando me danzas, en tus senos que se inflaman, en el líquido brotar de tu deseo... Me perdí en tu voz, en tus ganas, en tu energía... Me perdí en un lugar, Tú, del que no deseo encontrar la salida... En el que deseo inventar caminos nuevos, suspiros nuevos... Placeres nuevos que solo en ti, pueden ser... Solo en ti, desean ser...
Tú... Eres luz... Y la luz en ti, refleja de todos los colores para colorearme a mi... La piel y los días...