A veces me pregunto... Como sería tenerte cerca y susurrarte, la piel?
Al oído...
A tu espalda...
Frente a tu piel desnuda, sensual, bella...
Y me pregunto... Si esa timidez asomaría, afloraría, no dejándote sentir como yo te he sentido... Sonrojando tus mejillas, aplacando tu deseo, enfriando tu piel... Y entonces, imagino que cubro tus ojos dejando que tu piel se aísle de mi... Sabiéndome cerca, en ti, en tu piel, levanto una leve barrera que te deje sentir en mi... Sentir libre en mi... Sentirte entregar a mi...
Y entonces, mi voz... Esa voz hecha susurro... Esa voz suave, rasgada... Esa voz que te desea, siempre... Comience a danzar sobre tu piel, bajo tu pelo, sobre tus hermosos senos o tu vientre, entre tus muslos, sobre el líquido deseo que sabes deseo fluya de ti...
Y entonces... Cada poro de mi piel se altera por ti... Se pierde en ti al observarte, al percibir tu aroma, el aroma del deseo brotando de cada poro de ti mezclado con el de ese perfume... Se pierde en cada detalle, en cada caricia que tus yemas dibujan, el modo en el que tus labios suspiran, en el que tus senos se inflaman, tus delicados pezones endurecen...
Y mi voz... Mi susurro... No cesa... A pesar de mi deseo por tocarte, por tomarte... Por beber de ti... Por perderse en ti...
Y entonces... Percibo el brillo de tu líquido deseo, desbordar tu sexo, mojar tus yemas, resbalar tus muslos, empapar ese juguete que te danza... Impregnarse sobre la tela de esa silla, o ese sofá, o esas sabanas... O esa encimera entre reflejos...
Y mi voz... Mi susurro... No cesa... Porque hoy, aquí, ahora, solo te desea placer... Porque solo te desea a ti... Porque te desea siempre... Y ahora, llegados a este punto, te deseo estremecida en mi, deshecha en mi, rendida a ese placer que siempre te deseo... A la vez que deseosa de mirarme, de tocarme, de sentirme... De hacerme, hacernos el amor...
Pero ese... Será otro susurro... Este, es todo para ti...