pero mi latido lejos de ralentizarse, se acelera...
Tu voz , tu susurro, se cuela bajo mi piel,
empieza casi imperceptible, lento...
mientras mis manos van separando
la ropa de mi piel.
Estás en el suelo, pegado a mi cabeza,
a mi mejilla, a mi pelo...
casi sin rozarme...y me hablas,
lees esa carta que guardo, muy despacio...
Poco a poco, tus ojos quedarán fijos en mi cuerpo, y verás erizarse cada poro...
Es el comienzo de esa fantasía...tuya, y ahora, mía, también...