Sales de casa y te diriges al bus... Me encanta cuando viajas en transporte público... Me encanta escribirte ese rato, llamarte, susurrarte, hacer que tu piel se altere, se sonroje... Despertar tu sed, tu deseo, tus ganas... Apenas tardas unos minutos en llegar. Bajas de él y te diriges al restaurante. En poco tiempo, compartes esa mesa de charla, de sonrisas, de confidencias... Pero hay algo más, me sabes cerca, me sientes cerca... Y yo, deseo que lo hagas...
Un nuevo mensaje... Vibra sobre tu piel... "Te Deseo..." Te veo mirar, casi percibo tus mejillas sonrosarse... Regresas a la conversación con tus amigas y te observo excusarte, levantarte con delicadeza, mirar a tu alrededor y dirigirte a los servicios... Mis ojos no pueden despegarse de ti mientras lo haces, mientras suavemente danzas, expuesta a mi, camino de ese lugar... Te veo mirar a un lado, a otro, con suavidad... Y desconozco si me has visto, aunque mis pasos, caminan hacia ti... Mi deseo crece, mi sed crece, mi hambre de ti, crece, aunque contenido, mantengo una distancia que a nadie haga sospechar...
Tus yemas se apoyan en la puerta, la empujan venciendo su resistencia... La atraviesas y dejas caer, sabiendo que se cerrará despacio, sostenida por ese freno... Mis yemas llegan a la puerta justo cuando termina de cerrar, y empujo... Nada más entrar, te veo, veo tu mirada brillante observarme a través de ese reflejo... Frente a ese lavamanos... Dejo que la puerta se cierre, y me apoyo sobre ella... Ninguno pronuncia palabra... El deseo, todo lo inunda...
Mis yemas, hacen pasar el pestillo y ese sonido provoca en ambos una desbordante sensación de libertad, de pausa en el tiempo...
Me acerco a ti, despacio... Incapaz de explicar como aún, no me he abalanzado sobre ti... Y tú, me miras mientras te das la vuelta... Llego hasta tu sonrisa, traviesa, sensual... Y es en ese instante, en el que tu piel me roza, tus yemas me rozan, mis yemas sienten el contacto con tu piel... En el que todo, se desborda... Es ese el instante en el que nuestras pieles pierden el control y se entregan, a sentir... Sentir en ti, sentirte en mi... Y apresurados, nos abrazamos, nos besamos, nos bebemos con sed a la vez que apartamos las ropas, que estorban... Nos hacemos el amor con esas ganas que nos desbordan, entregados a sentir, entregados a hacer sentir... Tu piel, tus senos, tus nalgas, tus labios, cada poro de ti entregado a ese placer contenido, acumulado... A ese placer que sabes, Te Deseo... A ese placer que sabes, en mi Placer...
No somos conscientes del tiempo... Unos minutos que deseo alargar, extender... Unos minutos tras los que te ayudo a vestir, a recuperar las prendas que han caído por el suelo... Sin dejar de besar tu cuerpo, tus labios... Sin dejar de susurrarte... Unos minutos tras los que has de regresar a la mesa, con tu piel impregnada de mi, de cada poro, de cada rincón... Unos minutos tras los que hemos de salir disimuladamente e irnos separando, sin desearlo... En los que mis yemas, sostienen tu brazo, descienden por él a medida que te apartas rumbo a tu mesa, hasta sentirme en tu muñeca, en tu mano, en tus yemas... Y es en ese instante, el último antes de dejarte ir, en el que te entrego esa tarjeta, esa llave, junto a ese número de habitación en la que te esperaré... En la que nuestras pieles detendrán el tiempo de esta noche... Donde nuestras pieles se harán el amor... Sin prisa... Sin pausa...
Te deseo... Siempre...
Siempre en ti...