Mientras siento tu piel, en mi, a mi espalda...
Entre las cortinas, se cuelan las primeras luces, de la mañana...
Como tu piel, traviesa, se cuela en mi piel...
Siento tus yemas, sobre mi piel desnuda...
Me recorren, me despiertan, me provocan...
En medio de ese abrazo, que dura siempre...
Paseas esa piel, de la que eres dueña, te pertenece...
Te cuelas traviesa, bajo esa única prenda...
Tus dedos me rodean, me envuelven, me contienen...
Me hacen crecer, provocándome, intenso en ti, contigo...
Atrapado en tu deseo, que alimenta mi deseo...
Me revuelvo sobre las sábanas, despierto, encendido...
Tu piel me da sed, me da hambre, y en ti deseo calmarla...
Mis yemas te exponen, mis labios se posan mi lengua te recorre...
El sonido de tu piel, líquida, me envuelve, me pierde...
Con tu sabor en mis labios, asciendo por tu cuerpo...
Tu vientre y tus senos, bellos, sensuales, dan paso a tus labios, carnosos...
Mi sexo endurecido, crecido, erecto, desea abrirse paso...
Húmeda, líquida, cálida, me acoges en ti, dentro de ti...
Sobre mi piel, sostengo tu cuerpo, tus formas, tu deseo...
Sintiendo la danza, de placer, que me regalas...
Perdido en tu interior, en tus labios que me besan, suspiro...
Sin límite, sin pausa, sin remedio... Tú, placer en mi, siempre...
Entre las sábanas... Tu piel, siempre en mi...