Hoy... Saltando de un rincón a otro...
Te abriga, te conserva, te cobija, te contiene...
Te cubren, te despiertan, te desean...
Si un día no te gusto... Deseo saberlo...
Me gustas... Cuando tu piel arde en deseo de sentir, de sentirme... Cuando bajo tu mar de piel fluye ese irracional e intenso deseo, de sentir en mi, de hacerme sentir, de entregarte a sentir... Me gusta tu piel, tu mirada brillante, ardiente, tus labios carnosos, entreabiertos susurrando, suspirando... Me gustas desnuda, envuelta en esas lencerías, entre reflejos... Me gustas apresurada, con ese deseo que te desborda la piel y te lleva a ese rincón, apartado de todo en el que me deseo en ti... Porque en mi, deseo ahogues tus suspiros, a mi deseo entregues tu placer... Todo ese placer, desde el primer roce sobre la ropa, la primera caricia que se cuela bajo ella, que roza tu piel, que pasea las costuras de tu lencería, que contiene tus senos inflamados, que atrapa tus endurecidos pezones, que acaricia tu pubis depilado antes de descender por tus ingles insinuando caricias en tu sexo... Ese sexo rosado, brillante y líquido que destila esas gotas de las que yo me alimento, en las que yo calmo apenas esta sed de ti que no tiene límites, barreras... Que no cesa de aumentar y que ahí, agachada tras esa puerta, deseo sientas, deseo me entregues... Ahí, sobre tu sexo, esas yemas recorren, invaden, resbalan, acarician, rozan sienten a la vez que hacen sentir, te hacen sentir...
Y en mitad de todo ese apresurado ritual, soy yo, en ti, me tienes en ti, me deseo en ti... Me haces desearte más... Te deseo así, recostada y perdida en mi, entre mis yemas, sobre mi piel... Suspirando... Latiendo... Fluyendo... Derramando... Mojándome de ti... Pronunciando mi nombre que se cuela en ese placer intenso que te deseo... Que también, te deseo hoy, ahora, en este instante...
Te sé... Y deseo lo sientas... Que te sé...
Me pregunto si serás capaz... Capaz de terminar de leerme y luego, escucharme... Si te atreverás a posar ese auricular sobre tu oído, bajo tu pelo... Me pregunto si lo harás de manera natural, si te sentiré nerviosa, observando a tu alrededor para saberte libre de miradas, salvo la mía... Me pregunto donde será, en que lugar de ese lugar, en que pasillo, tras cual de sus esquinas, en que apartada habitación o quizás, en mitad de ella... Me pregunto, si serás capaz de escuchar mi voz recorrerte, invadirte, desnudarte ante todos para recorrerte, para besarte, para lamerte, para beber de ti cada gota de deseo que deseo provocar... Me pregunto si serás capaz de contener el placer que mis labios, mis yemas, te desean... El placer de sentir mi sexo erecto entre tus nalgas, buscando tu rosado y dilatado sexo, resbalando y llenándote de mi... Follándote mientras mis manos abarcan tus senos, mientras mis yemas atrapan tus pezones a la vez que te sostengo, contras esa puerta, contra esa pared...
Me pregunto... Si serás capaz... Mientras espero voz... Esa voz que deseo ahora mientras me escuchas, con las mejillas sonrojadas y la piel, ardiendo...