Las que lentas resbalaban por los poros de tu piel, rodeaban tu senos, rozaban tus delicados pezones que sentía, endurecer...
Fue una de mis yemas la que descendió por tu vientre, rodeo tu ombligo antes de continuar hasta tu pubis, ese que deseo depilar...
Y comenzó traviesa a rodear los labios desnudos de tu sexo...
Luego, con tus primeros suspiros, comenzó a posarse y mojarse de ti, a resbalarte levemente, a presionar sobre tu aún pequeño clítoris, ese que pronto se inflamará de deseo...
De placer...
Pd. Te deseo... Invadida de mi... De mi sed que alimente la tuya... De mi hambre que alimente tu hambre...