Mirarte... Se ha convertido en un placer, en un ritual de belleza, de sensualidad, de suave y a la vez intensa provocación... Detenerme a observarte cada amanecer, en ese instante en el que tu piel sale de las sábanas y se deja acariciar por la luz suave del amanecer, o por la que desprende esa lámpara... Observarte cuando paseas, cuando vas o vienes, cuando te paras a mirar ese expositor, quizás de lencería, sobre el que tu mirada se refleja... Cuando te sientas a saborear un café, cuando sonríes, cuando lees, cuando trabajas, cuando escuchas... Siempre...
Mirarte... Se ha convertido en mi placer... Uno que solo en ti, es... Uno que me deja ver, verte, donde otros no ven nada... Y al mirarte, sin remedio me pierdo en ti, en tu piel, en tus formas, en tus lunares, en tus labios, en tus suspiros, en tus gemidos, en el placer que es saberte, en el privilegio que es tenerte... Y sonrío...
Porque tú, eres mi galería más sensual, mi rincón más especial... Mi refugio más cálido... Y en ti, se detiene el tiempo dejándome sentirte... Haciéndome sentir en ti...